Meditación del amor incondicional para el manejo del estrés.
El estrés es una respuesta del cuerpo, la mente y las emociones ante una situación desafiante. Como probablemente ya lo sepas, existen dos tipos de estrés. El estrés positivo y el negativo. Cuando una situación nos reta a salir de nuestra zona de confort para lograr una meta importante, el estrés que sentimos es positivo. Por otro lado, cuando percibimos que una situación rebasa nuestra capacidad, podemos actuar a la defensiva, evadir o paralizarnos. Lo que determina el tipo de estrés, es nuestro estado mental al momento de enfrentar la situación. Si en la mente de una persona hay pensamientos derrotistas y fantasías catastróficas, es natural que el estrés sea negativo y pueda convertirse en ansiedad y pánico. Por el contrario, cuando confiamos en nuestros recursos para solucionar los desafíos, cuando los problemas los interpretamos como retos, cuando nos enfocamos en las posibilidades, la misma situación podemos experimentarla como una aventura y con el tiempo recordarla con una sensación de logro. No se trata de caer en negación, sino de dar a la situación considerada estresante una interpretación en la que vemos posibilidades de resolución, bienestar, aprendizaje o disfrute. Entrenar a la mente para enfocarse en recursos y posibilidades, y mantenerla enfocada en eso no es fácil, la mente está “diseñada” para percibir posibles peligros y evitarlos, de modo que entrenarla para enfocarse en lo positivo y en el bienestar requiere un esfuerzo continuado. Es posible entrenar a la mente para el bienestar y no solo posible, también es una tarea sumamente agradable.
Quizá la práctica suprema para entrenar la mente en la generación de estados de clama y bienestar es la meditación, en particular la meditación basada en la compasión (compasión entendida como intención y disposición activa de ayudar a alguien a erradicar su sufrimiento), misma que no sólo abarca la atención plena (o mindfulness) sino que va más allá, al inducir a la conexión con sentimientos de amor incondicional (intención y disposición activa de procurar el bienestar en otros independientemente de si nos caen bien o no), lo cual genera en la mente una armonización que le permite enfrentar las situaciones con objetividad, calma e incluso gozo, aún tratándose de situaciones verdaderamente desafiantes.
A continuación te comparto un ejercicio guiado basado en la meditación de la compasión que practican los lamas tibetanos. El Dr. Richard Davidson, doctor en neuropsicología, ha estudiado a uno de estos lamas, Matthieu Ricard (sí, es un lama tibetano aunque de origen francés), y se ha sorprendido con los resultados en los niveles de bienestar reportados durante la práctica de ésta meditación, niveles nunca antes vistos y superiores a todos los niveles alcanzados por cualquier otra persona, por lo cual lo apodó “el hombre más feliz del mundo”. El ejercicio aquí presentado te irá guiando en generar sentimientos de amor incondicional y compasión que armonizarán tu mente y tu cerebro de manera profunda, para después aplicar este estado mental positivo a una situación que consideres estresante de tu vida, preparándote así para enfrentarla con claridad, serenidad y bienestar. Una vez que te hayas familiarizado con el ejercicio, estarás listo(a) para aplicarlo sin necesidad de guía, en cualquier momento y ante cualquier situación que lo desees. Recuerda que mientras más entrenas tu mente, más preparada está para mantener calma y objetividad ante cualquier circunstancia.
Disfruta del viaje.